Rombos imperfectos.

Y te paraliza, en ese momento todo a tu alrededor se para, se queda en “stand by”, esperando a que tu mente y tu cuerpo reaccionen, y lo hacen, pero de una manera demasiado visceral: tus miembros empiezan a temblar, el corazón se te dispara, se forman mil nudos en tu estómago, sudas, tus lagrimales piden a gritos expulsar rombos imperfectos; No eres capaz de pensar racionalmente, de ordenar tus ideas, estás absolutamente acojonada/o.

Pensaste que serías capaz de afrontarlo, te formaste unas expectativas, sólo que a la hora de la verdad las expectativas no sirven de nada, y menos aun si todo sucede de la forma en la que menos te lo esperabas. Te arrepientes de intentar afrontarlo, te arrepientes de no ser capaz de hacerlo; en ese instante te arrepientes incluso de respirar... y huyes, te escondes; podrías decir mil cosas, pero no lo haces, por miedo, por vergüenza, prefieres callar todo lo que tus impulsos te ruegan gritar. Te refugias en tus trabajos, en tus sabanas, en tu escritura..pero nada de eso es suficiente para paliar el miedo, la decepción y la migaja de esperanza que aun albergas.

Es un querer y no poder, es un empezarlo y dejarlo a medias, es un ni comes ni dejas comer, es un no querer decirlo ni querer callarlo, es un no hacerlo y desear estar haciéndolo, es un cierre de puerta con rendija abierta, es un final con necesidad de epílogo; es un volver atrás sabiendo que a tales alturas solo debes mirar hacia delante. Es esa maldita manía de dejarlo todos los días para mañana.

*Cuadro: Miranda y La Tempestad (Waterhouse, 1916). Puede observarse la fragilidad de la mujer frente a una naturaliza desatada, el romper de las olas frente a una mirada tranquila.

VICEVERSA: MARIO BENEDETTI.

Tengo miedo de verte

necesidad de verte

esperanza de verte

desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte

preocupación de hallarte

certidumbre de hallarte

pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte

alegría de oírte

buena suerte de oírte

y temores de oírte.

o sea,

resumiendo

estoy jodido

y radiante

quizá más lo primero

que lo segundo

y también

viceversa.