Mi Antártida y tu Caribe, polos opuestos, extremos irremediables.
Tú simulabas calor, una especie de efecto invernadero, mi escarcha lo sintió tan verídico que comenzó a derretirse; dejando paso a una tierra virgen, a un nuevo paraíso, inexplorado.
¡Que ciego es el hielo, que inerte y descerebrado, que carece de sexto sentido!
No supo vaticinar que el efecto invernadero es funesto.
Por sueste en la Antártida siempre hace frío, y el hielo se compone rápido.
Cada nueva capa es más resistente...Adaptación, lo llaman.
----------------------------------------------------------
-------------------------------------
Una suave brisa de una noche casi veraniega.
La corriente nos acariciaba, y en contacto con la piel provocaba un dulce e inesperado escalofrío.
Mi estremecimiento chocó con el fuego de tu cuerpo;
Y en mi interior ya no había frío, solo podía arder;
Mis sentidos quedaron inútiles, únicamente podían desvelarse en torno a tu aroma....
Y se encendieron los fuegos artificiales.
O al menos eso parecía.
En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo.
Paulo Coelho.
**Cuadro: Lujo, Calma y Voluptuosidad. Matisse (1904)