miércoles, 5 de noviembre de 2014

Acepción de eternidad.

Existe una gran diversidad de formas de concebir la eternidad: puede entenderse como una innumerable cantidad de instantes fotográficos que han sido capturados por nuestras excelentes conexiones neuronales. La finalidad también puede ser variada: nos encontraremos con instantes eternos que solo nos revocan al dolor y la nostalgia; al mismo tiempo nos toparemos con imágenes cálidas y amenas que nos hacen retroceder hacia tiempos en lo que todo eran sonrisas.

Todas las capturas de vida guardadas en nuestra memoria han de ser entendidas en pro de un objetivo común: crecer…

Que nuestra felicidad crezca al recordar que hubo tiempos pasados en los que con menos vivíamos mucho más. 
Que crezcan las sonrisas de satisfacción al corroborar la maravillosa evolución de nuestra persona.
Que crezcan nuestras metas y aspiraciones, pues nuestros sueños aún están esperando a hacerse realidad, agazapados en un rincón, aguantando nuestro desprecio al creerlos imposibles. 
Que crezca nuestra superación al recordad que, a pesar del dolor provocado por terceros, hemos seguido de pie. 
Que crezca nuestra capacidad de perdón, porque si perdonar es signo de madurez, pocas cosas pueden haber más maduras que perdonarnos a nosotros mismos…perdonarnos por el error que cometimos con aquella persona (varias veces, con premeditación la mayoría de ellas), perdonarnos por automenospreciarnos, perdonarnos por pagar con personas buenas el daño producido por gente inmadura (Porque el dolor no lo provocan las personas malas, sino las inmaduras, las que aún no saben comprometerse y disfrutar consigo mismas).
Que crezcan nuestra dicha y nuestras lágrimas de felicidad al comprobar que hemos crecido.

Porque si la eternidad es concebida así, quiero que todos los instantes de mi vida sean eternos.


Seamos eternos.



"El alma noble nunca muere, más allá de su eternidad brillarán sus huellas."
Pedro Pantoja Santiago

**El rapto de Proserpina. Bernini

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