Hay
personas que si no están mal es imposible que estén bien, es decir,
hay personas que han sufrido tanto a lo largo de su corta o extensa
vida, que la tristeza y la melancolía se han instalado en sus
corazones como fieles turistas de larga estancia; para esas personas
la más mínima muestra de afecto, de suerte, de cariño...supone la
mayor de las alegrías a la par que el peor de los temores; supone la
muestra de que la vida les está sonriendo, pero también la
incertidumbre de aceptarlo o no, de arriesgarse o no. Son personas
conscientes de que sus alegrías son momentáneas y pasajeras, de que
tal alegría conllevará alguna pérdida y ello supondrá de nuevo la
visita de la tristeza y la desesperación, o lo que es peor, de la
melancolía. La tristeza es un dolor anímico producido por un suceso
desfavorable que suele acarrear un llanto, pero es pasajera, con el
tiempo la persona mejora, supera el duelo; sin embargo la melancolía
es una
tristeza
vaga permanente y profunda
que hace que el sujeto que la padece no se encuentre a gusto ni
disfrute de la vida.
La melancolía es el alma acostumbrado a la tristeza, un manojo de
recuerdo inútiles pero imborrables que nos rememoran nuestros
fracasos, la melancolía es un estar triste sin saber porque, es la
falta de algo, de muchos algo.
¿Qué
es lo que necesitamos para superar la melancolía? El amor, el amor
en todas sus expresiones es la mejor medicina para cualquier tipo de
mal, el amor te hace sonreír, te proporciona una sensación de
seguridad y pertenencia. Que las personas a las que queremos estén a
nuestro lado y nos brinden su comprensión, su abrazo y su amor, es
la mejor muestra de que toda oscuridad tiene su rendija de luz, y
será el punto de apoyo para que, mentalmente, derribemos ese muero
en el que se encuentra la rendija, a fin de obtener un espacio
diáfano. Por supuesto, para brindar amor a un ser melancólico, hay
que estar ahí mostrando cercanía, no desviarnos a ocupaciones y
personas más sencillas solo por ahorrarnos la tarea de ser el punto
de apoyo de otro ser humano. Pero es muy complicado que las personas
que creías tus puntos de apoyo sigan ahí ¿Verdad?; la respuesta es
narcisismo, egoísmo e individualismo; todos somos buenos hasta que tenemos que dar a los demás algo de lo que ellos nos dieron a nosotros, hasta que tenemos que empeñar nuestro tiempo con otra persona que no somos nosotros mismos, hasta que tenemos que elegir entre quedarnos en nuestro mundo perfecto y de fantasía o salir al pantano y embadurnarnos de lodo para evitar el ahogo del otro.
"La
felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las
compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la
estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la
inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que
supone mantener una lucha justa contra la felicidad, ni el
pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión
fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza" Un mundo
Feliz.
*Pintura de Caravaggio: Narciso (1597-1599)
No hay comentarios:
Publicar un comentario